Plan Marshall 16 países
El primer paso para cumplir con las condiciones americanas para la ampliación de la ayuda a Europa fue dado por las 16 naciones que se reunieron en París, del 12 de julio al 22 de septiembre de 1947, y redactaron el nuevo Programa de Recuperación Europea para presentarlo a los Estados Unidos. Este paso fue una respuesta directa a la declaración del Secretario de Estado Marshall en la Universidad de Harvard, el 5 de junio, de que antes de que los Estados Unidos pudieran proceder mucho más con la ayuda exterior, “debe haber algún acuerdo entre los países de Europa en cuanto a los requisitos de la situación y la parte que esos mismos países tomarán para dar el efecto apropiado a cualquier acción que pueda ser emprendida por este gobierno”.
Desde el Día de la Victoria, la respuesta estadounidense a las necesidades europeas de bienes y créditos ha sido de emergencia y poco sistemática. La administración de Washington esperaba en junio que la ayuda adicional de los Estados Unidos “proporcionara una cura en lugar de un mero paliativo”. El posterior deterioro de las condiciones económicas en Europa hizo evidente que se necesitaría una ayuda provisional adicional antes de que el Plan Marshall pudiera entrar en vigor. No obstante, la política de los Estados Unidos sigue siendo la de proporcionar ayuda en el futuro únicamente en los términos establecidos en las propuestas Marshall del 5 de junio, salvo la ayuda rápida que pueda ser necesaria para hacer posible el programa de recuperación.
Historia del plan Marshall
El Programa de Recuperación Europea, más conocido como Plan Marshall, fue una iniciativa de Estados Unidos para promover la recuperación económica de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Entre 1948 y 1952, Estados Unidos distribuyó aproximadamente 13.300 millones de dólares entre los estados no comunistas de Europa Occidental, incluidos Grecia y Turquía. Las excepciones notables de esta ayuda fueron España, debido a la impopularidad de Franco en Estados Unidos (aunque esto cambió con el Pacto de Madrid en 1953), y Finlandia, que optó por no participar porque no quería tensar las relaciones con la Unión Soviética. Aunque el dinero se repartió aproximadamente entre las naciones en función del tamaño de su población, los países más grandes e industrializados recibieron una parte desproporcionadamente mayor de la ayuda, ya que se creía que su éxito repercutiría en los estados más pequeños.
El término “Plan Marshall” se ha convertido en las últimas décadas en una especie de sinónimo de planes de recuperación económica, aunque el consenso moderno es que el impacto económico del original fue bastante exagerado en su momento. Esta inversión de capital sí ayudó, pero la recuperación europea estaba muy avanzada antes de que Estados Unidos pagara los primeros plazos, y fue la integración europea la que sentó las bases de la recuperación. A diferencia del periodo que siguió a la Primera Guerra Mundial, las potencias vencedoras habían aprendido que la cooperación entre antiguos adversarios, y no el castigo y las reparaciones, sería la clave del éxito futuro. Fue la influencia ideológica del Plan Marshall la que tuvo un mayor impacto; las estructuras empresariales de Europa Occidental se americanizaron, se eliminaron las barreras comerciales internacionales y los aranceles, y la transición a economías más capitalistas condujo finalmente al periodo más próspero jamás registrado en la historia europea, conocido como la “Edad de Oro” (1950-1973).
Distribución del plan Marshall por países
En 2020, el Banco Mundial (BM) y el FMI cumplen 76 años. Estas dos instituciones financieras internacionales (IFI), fundadas en 1944, están dominadas por Estados Unidos y algunas grandes potencias aliadas que trabajan para generalizar políticas contrarias a los intereses de las poblaciones del mundo.
El BM y el FMI han concedido sistemáticamente préstamos a los Estados como medio de influir en sus políticas. El endeudamiento externo ha sido y sigue siendo utilizado como instrumento de subordinación de los prestatarios. Desde su creación, el FMI y el BM han violado los pactos internacionales en materia de derechos humanos y no tienen reparos en apoyar a las dictaduras.
Se necesita urgentemente una nueva forma de descolonización para salir del atolladero en el que las IFI y sus principales accionistas han atrapado al mundo en general. Hay que crear nuevas instituciones internacionales. Esta nueva serie de artículos de Éric Toussaint recorre la evolución del Banco Mundial y del FMI desde su fundación en 1944. Los artículos están extraídos del libro El Banco Mundial: un golpe de estado sin fin. The hidden agenda of the Washington Consensus, Mumbai: Vikas Adhyayan Kendra, 2007, o The World Bank : A critical Primer Pluto, 2007.
Plan Marshall español
El Programa de Recuperación Europea (ERP), más conocido como el Plan Marshall (el Plan), fue un programa de ayuda estadounidense a Europa durante el periodo 1948-1951. El Plan Marshall -lanzado en un discurso pronunciado por el Secretario de Estado George Marshall el 5 de junio de 1947- es considerado por muchos como el más eficaz de los programas de ayuda exterior de Estados Unidos. En un esfuerzo por evitar el deterioro económico de la Europa de posguerra, la expansión del comunismo y el estancamiento del comercio mundial, el Plan pretendía estimular la producción europea, promover la adopción de políticas que condujeran a economías estables y tomar medidas para aumentar el comercio entre los países europeos y entre Europa y el resto del mundo. Desde su conclusión, algunos miembros del Congreso y otros han recomendado periódicamente el establecimiento de nuevos “Planes Marshall”, para América Central, Europa del Este, África subsahariana y otros lugares.
Diseño. El Plan Marshall fue un esfuerzo conjunto entre Estados Unidos y Europa y entre las naciones europeas que trabajaron juntas. Antes de formular un programa de ayuda, Estados Unidos exigió que las naciones europeas se pusieran de acuerdo en una propuesta financiera, que incluyera un plan de acción que comprometiera a Europa a tomar medidas para resolver sus problemas económicos. La Administración Truman y el Congreso trabajaron juntos para formular el Programa de Recuperación Europea, que finalmente proporcionó unos 13.300 millones de dólares (143.000 millones de dólares en 2017) de ayuda a 16 países.