Eu-länder
Las disputas marítimas greco-turcas, redactadas con narrativas opuestas de soberanía nacional, no son nada nuevo. Su génesis se remonta a los períodos de fundación de los dos Estados. Estas disputas han adoptado tradicionalmente la forma de un conflicto congelado, con estallidos ocasionales. En este contexto, ¿cuáles son los factores que impulsan la actual disputa, que es la crisis más duradera entre los dos países desde la intervención militar de Turquía en Chipre en 1974?
El conflicto marítimo entre ambos países se centra en tres cuestiones: 1) el desacuerdo sobre los límites de las aguas territoriales griegas y la propiedad de algunas islas o islotes del mar Egeo; 2) la cuestión de las zonas económicas exclusivas (ZEE) de los dos países en el Mediterráneo oriental; y 3) el carácter no resuelto de la crisis de Chipre. Además de estos asuntos, Turquía también sostiene que otras cuestiones, como la soberanía o el estatus desmilitarizado de algunas islas griegas, siguen sin resolverse y, por tanto, deben abordarse.1 Por su parte, Grecia rechaza rotundamente estas demandas por considerarlas una violación de su soberanía.
Informe de la Comisión Europea sobre Turquía 2021
Turquía es un importante socio de seguridad de Estados Unidos. Turquía ha sido un valioso aliado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desde 1952. Turquía fue un líder en la Misión de Apoyo Resuelto de la Alianza, sigue contribuyendo a la seguridad en Afganistán y sirve como ancla oriental vital de la OTAN, controlando (de acuerdo con los convenios internacionales) los estrechos del Bósforo y los Dardanelos, que unen el Mar Negro con el Mediterráneo.
Turquía contribuye a la seguridad internacional junto a las fuerzas estadounidenses en Europa, los mares fronterizos con Somalia y el Mediterráneo. Turquía limita con Grecia, Bulgaria, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Irán, Irak y Siria, y es un socio clave para la política estadounidense en la región circundante.
Acuerdo UE-Turquía 2016
Las relaciones entre la Unión Europea (UE) y Turquía se establecieron en 1959, y el marco institucional se formalizó con el Acuerdo de Ankara de 1963. Aunque no forma parte oficialmente de la Unión Europea, Turquía es uno de los principales socios de la UE y ambos son miembros de la Unión Aduanera Unión Europea-Turquía. Turquía limita con dos Estados miembros de la UE: Bulgaria y Grecia.
Turquía es un país candidato a la adhesión a la UE desde 1987,[1][2] pero desde 2016 las negociaciones de adhesión están estancadas[3] La UE ha criticado a Turquía por las violaciones de los derechos humanos y el déficit del Estado de Derecho[4][5] En 2017, funcionarios de la UE expresaron la opinión de que las políticas turcas previstas violan los criterios de Copenhague de elegibilidad para la adhesión a la UE[6] El 26 de junio de 2018, el Consejo de Asuntos Generales de la UE declaró que “el Consejo observa que Turquía se ha ido alejando de la Unión Europea. Por lo tanto, las negociaciones de adhesión de Turquía se han paralizado efectivamente y no se puede considerar la apertura o el cierre de ningún otro capítulo ni se prevé ningún otro trabajo para la modernización de la Unión Aduanera UE-Turquía.”[7][8]
¿Está Turquía en Europa o en Asia?
Desde finales de 2019, las relaciones entre la Unión Europea y Turquía han pasado por una mala racha y solo han mejorado marginalmente a principios de 2021. La lista de divergencias es muy larga y diversificada, con vínculos evidentes con la política interna de ambas partes. Las incertidumbres que rodean el futuro de la economía turca, la arquitectura del Estado de Derecho y el clima político interno hacen que la búsqueda de una “agenda positiva” con Europa sea un esfuerzo prolongado.
Este artículo pretende ofrecer una evaluación realista del camino que tienen por delante ambas partes. Frente a las narrativas de política exterior de Turquía, asertivas, fluctuantes y a menudo contradictorias, la Unión Europea tendrá que superar sus propias divergencias internas y coordinarse más estrechamente con Estados Unidos en su búsqueda de un camino a seguir con Ankara.
Desde el acuerdo sobre las fronteras marítimas firmado con el entonces Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia el 28 de noviembre de 2019 hasta la declaración presidencial en la que calificaba a Europa de “prisión al aire libre” para los musulmanes el 12 de mayo de 2021, la lista de acciones y declaraciones asertivas de Ankara en materia de política exterior es considerable. Por decirlo suavemente, esta política exterior no ha sido percibida como constructiva por los líderes europeos.