Estrategias de afrontamiento de la ansiedad y la depresión
La ira parece una emoción evidente y puede serlo cuando estalla y todos los que te rodean sienten el calor, pero la ira también puede quemarte por dentro, y puede ocurrir por debajo de tu nivel de conciencia. Esta ira malsana que se cuece a fuego lento puede afectar seriamente a tu salud y a la calidad de tu vida si la dejas burbujear bajo la superficie.No nos gusta pensar que estamos enfadados. Intentamos parecer fríos y tranquilos cuando estamos en compañía, y nos gusta dar la impresión de que todo va bien en nuestro mundo. Pero muchos de nosotros tenemos ira al acecho bajo nuestro exterior aparentemente tranquilo, y aunque no sea tan evidente para los demás, la ira oculta es un peligro potencial para nuestra salud y afecta en gran medida a la calidad de nuestra vida y nuestras relaciones.
La ira bien expresada es saludable, siempre y cuando se abandone una vez que haya cumplido su propósito. El Ayurveda (la antigua ciencia de la salud natural de la India) enseña que la ira bien expresada es natural y nutre nuestra autoestima. Cuando la ira se convierte en un problema es cuando se retiene durante mucho tiempo, o cuando la guardamos dentro de nosotros mismos…
Autoayuda para la ansiedad y la depresión
Es natural que a veces nuestras emociones se acumulen y puedan crear una presión interna que necesita ser liberada. Por ejemplo, después de repasar mucho, muchos encuentran útil desahogarse haciendo una actividad que les haga sentir felices o relajados, para que centrarse tanto en el estudio no resulte abrumador.
También es natural sentirse frustrado de vez en cuando, ya sea porque has perdido el autobús, has tenido una discusión con alguien, has perdido algo importante o has tenido dificultades con tu salud mental. Hay muchas maneras de desahogarse, y mientras algunas personas encuentran que la actividad física, como el baile o el boxeo, les ayuda, otras prefieren gritar a una almohada.
Es importante poder desahogarse de la manera que más te convenga, ya que mantener tus emociones reprimidas puede hacer que tus niveles de estrés aumenten, algo así como agitar una botella de bebida gaseosa una y otra vez y luego, cuando por fin le quitas la tapa, explota. Sin embargo, si sientes que es imposible aliviar esta presión durante mucho tiempo o te encuentras en un estado constante de ira o angustia, entonces es importante hablar con alguien. Cuando te desahogues, ten en cuenta tu entorno y evita hacerte daño a ti mismo o a los demás: si participar en actividades perjudiciales te da una sensación de liberación, es una señal de que necesitas apoyo adicional, en lugar de intentar arreglártelas por tu cuenta. Puedes intentar hablar con un adulto de confianza, como uno de tus padres o un tutor, sobre cómo te sientes, y nuestro Directorio de Bienestar Juvenil puede ayudarte a encontrar apoyo local en tu zona.
Estrategias de afrontamiento del autocuidado
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La ira puede ser una emoción difícil y angustiosa. Para lidiar con ella, muchas personas creen que desahogar su ira es la mejor solución. Muchas personas que han luchado con ataques de ira en el pasado se han animado a desahogarse. Sin embargo, algunas investigaciones sugieren que desahogar la ira puede no ser tan saludable como se pensaba.
Este artículo analiza lo que significa desahogar la ira y por qué puede no ser una forma eficaz de gestionar esta emoción. También explora formas más efectivas de afrontarla y cuándo buscar la ayuda de un profesional.
La ira es una emoción humana normal. Aunque puede ser controlable en la mayoría de las circunstancias, a veces puede acumularse con el tiempo hasta que las personas sienten que han llegado a su punto de ruptura. En otras ocasiones, las personas pueden experimentar ataques de ira tan intensos que se sienten obligadas a arremeter con gritos, autolesiones u otros comportamientos peligrosos.
Cómo desahogar la ira
“Tenemos derecho a estar enfadados”, canta Pat Benatar en su canción “Invencible”. Vaya, ¿es algo que la mayoría de nosotros reclamamos o qué? Y luego, a menudo insistimos en que tenemos derecho a seguir enfadados. Por supuesto, pagamos un precio por ello. Ahora bien, no me malinterpretes, no estoy diciendo que nunca debamos experimentar la ira; es una emoción humana natural. No soy partidario de hacer la vista gorda ante la injusticia. Pero, la ira es una llamada a la acción, no una joya que hay que guardar y atesorar, como muchos hacen con ella. Ejem, como a veces hago yo con ella (chocante, ¿eh?)
Cuando justificamos el aferramiento a la ira, nos estamos encerrando en una celda. Tenemos la llave para salir, pero debido a que estamos cegados por la justicia de nuestra posición, puede que nunca veamos ese hecho.
Y, somos bienvenidos a hacerlo, pero qué precio pagamos. Como dice el viejo refrán: “Si no puedes cumplir la condena, no cometas el delito”. Aferrarse a la ira puede llevar a cometer diversos delitos hacia los demás. Pero incluso si el daño que haces es sólo hacia ti mismo, puede seguir siendo un crimen.