Dolor físico y sufrimiento emocional – Rupert Spira
La mayoría de nosotros considera que la conexión entre el dolor social y el físico es figurada. Estamos de acuerdo en que “el amor duele”, pero no creemos que duela como duele, por ejemplo, una patada en la espinilla. Al mismo tiempo, la vida presenta a menudo un argumento convincente de que los dos tipos de dolor comparten una fuente común. Las parejas de ancianos suelen ser noticia porque no pueden sobrevivir físicamente el uno sin el otro. En un ejemplo de principios de 2012, Marjorie y James Landis, de Johnstown (Pensilvania), que llevaban 65 años casados, murieron con sólo 88 minutos de diferencia.
La verdad es que no hace falta ser un sentimental para creer en los corazones rotos, basta con ser suscriptor del New England Journal of Medicine. Hace unos años, un grupo de médicos de la Universidad Johns Hopkins informó de una rara pero letal afección cardíaca causada por una angustia emocional aguda. El problema se conoce técnicamente como “cardiomiopatía por estrés”, pero a la prensa le gusta llamarlo “síndrome del corazón roto”, y los profesionales médicos no se oponen al apodo.
El infierno mental y emocional de vivir con dolor crónico
¿Qué haces cuando estás estresado? ¿Hablar con los amigos? ¿Escuchar música? ¿Tomar una copa o comer un helado? ¿O tal vez practicar yoga? Todas estas cosas son opciones agradables, y son formas obvias y eficaces de lidiar con el estrés. Lo más probable es que no se te ocurra hacer algo como, por ejemplo, cortarte el brazo con un cuchillo hasta que te salga sangre. Sin embargo, infligir dolor es exactamente lo que millones de estadounidenses -sobre todo adolescentes y adultos jóvenes- se hacen a sí mismos cuando están estresados.
Esto se denomina autolesión no suicida (NSSI), y lo más habitual es que adopte la forma de cortarse o quemarse la piel. Tradicionalmente, muchos médicos, terapeutas y familiares han creído que las personas practican las NSSI principalmente para manipular a los demás. Sin embargo, investigaciones recientes han descubierto que esos factores sociales sólo motivan a una minoría de los casos y suelen representar gritos de auxilio más que intentos despiadados de explotar a los cuidadores. Aunque hay muchas razones por las que las personas se involucran en este tipo de autolesiones, la razón más comúnmente reportada es simple, aunque aparentemente extraña: para sentirse mejor. Varios estudios respaldan la afirmación de que el dolor autoinfligido puede llevar a sentirse mejor. Por ejemplo, Schmahl y sus colegas escanearon los cerebros de personas con un historial de NSSI durante una tarea experimental dolorosa diseñada para imitar la NSSI. Descubrieron que el dolor provocaba una disminución de la actividad en las áreas del cerebro asociadas a la emoción negativa. La realidad de este efecto provoca una pregunta desconcertante: ¿Cómo es posible que el dolor autoinfligido lleve a sentirse mejor?
Es hora de dejar ir ese dolor emocional
ResumenPuede haber importantes similitudes entre el dolor emocional crónico y el dolor físico crónico. Ambas formas de dolor crónico pueden promover creencias negativas sobre el yo y el futuro. Tanto el dolor emocional crónico como el dolor físico crónico sirven para desviar la atención de los pacientes de sus acciones y objetivos. Las técnicas utilizadas para el tratamiento del dolor físico pueden trasladarse al tratamiento del dolor emocional. Se revisan cuatro estrategias básicas, que incluyen: (1) reducir las interpretaciones catastróficas, (2) aumentar la tolerancia fomentando la aceptación, (3) cultivar expectativas positivas y (4) mantenerse flexible en los movimientos y las actitudes. Los pacientes pueden aprender a tolerar las limitaciones mientras persiguen sus objetivos. Los clínicos pueden ayudar a los pacientes a reducir el dolor emocional realizando una serie de pequeños cambios en sus pensamientos y comportamientos.
J Contemp Psychother 46, 119-127 (2016). https://doi.org/10.1007/s10879-016-9330-yDownload citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard
¿Las emociones causan dolor físico? – Doctor Mike
Los artículos de Verywell Mind son revisados por médicos certificados y profesionales de la salud mental. Los revisores médicos confirman que el contenido es exhaustivo y preciso, y que refleja las últimas investigaciones basadas en la evidencia. El contenido se revisa antes de su publicación y en caso de actualizaciones sustanciales. Más información.
El dolor emocional es un dolor o una herida que se origina en fuentes no físicas. A veces este malestar emocional es el resultado de las acciones de otros. Otras veces, puede ser el resultado de un arrepentimiento, una pena o una pérdida. En otros casos, puede ser el resultado de una enfermedad mental subyacente, como la depresión o la ansiedad.
Aunque a menudo se descarta por ser menos grave que el dolor físico, es importante que el dolor emocional se tome en serio. Hay una serie de sentimientos comunes que se asocian con el dolor emocional y que pueden tener un impacto en su salud física y mental.
En algunos casos, los sentimientos de dolor emocional pueden provocar síntomas físicos que no tienen una causa física identificable. Cuando estos pensamientos, sentimientos o comportamientos relacionados con los síntomas somáticos provocan un malestar significativo o una interrupción de la capacidad de funcionamiento de una persona, ésta puede ser diagnosticada con un trastorno de síntomas somáticos.