Por qué no pedí ayuda | La historia de salud mental de Megan | Mind
La depresión es una enfermedad aislante y solitaria, pero recibir el apoyo de otras personas puede ayudar a los enfermos a seguir adelante. El número de enfermos aumenta año tras año. Sólo en el condado de Los Ángeles, los casos de depresión han aumentado un 50% desde 1999.
Sin embargo, a menudo es difícil saber cuándo hay que buscar ayuda y cómo pedirla. A continuación, veremos cómo saber cuándo ha llegado el momento de pedir ayuda a otras personas y cómo hacerlo.
Debes buscar ayuda lo antes posible si crees que estás sufriendo una depresión. Hay varios síntomas que hay que tener en cuenta relacionados con la depresión. Si te sientes triste, decaído y con lágrimas en los ojos, sufres de culpa o baja autoestima, te falta motivación, tienes dificultades para dormir o incluso sientes deseos de suicidarte durante más de dos o tres semanas, debes buscar consejo médico.
El estigma que rodea a la depresión se está reduciendo lentamente. Ahora se reconoce que personas de todos los ámbitos pueden sufrir esta enfermedad tan común. Hombres y mujeres, viejos y jóvenes, personas de todas las etnias y de todas las orientaciones sexuales tienen las mismas posibilidades de verse afectados. Por lo tanto, no hay que avergonzarse de admitir que se necesita ayuda.
Está bien pedir ayuda para la salud mental
A veces, cuando más necesitamos ayuda es cuando más nos cuesta pedirla. Pero hay soluciones para el problema de tu depresión, y hay consejos para pedir ayuda para sanar. El día en que establezcas una conexión con el tratamiento, comenzarás un viaje apoyado hacia un futuro empoderado.
Pedir ayuda no es un signo de debilidad, como tampoco lo es la propia depresión. Lo importante es tener en cuenta que hay una salida de la oscuridad. No tienes que verlo ni saber cómo navegar por ese camino de curación. Sólo tienes que lanzar una llamarada -por decirlo de alguna manera- para que alguien sepa que necesitas ayuda y orientación.
Saber cómo pedir ayuda cuando estás deprimido no consiste sólo en definir los pasos de acción. También se trata de entender cómo la depresión tiende a interponerse en esos pasos y encontrar las pequeñas ventanas de oportunidad para la esperanza y la conexión.
Si sigues esperando a que llegue otro día para contarle a alguien tu depresión, puede que ese día nunca llegue. Si te sientes desesperanzado, entonces te vendría bien ayuda para encontrar el camino de la recuperación y conseguir algo de tracción en la dirección correcta. Está perfectamente bien dar un pequeño paso cada vez.
Pregunte a los expertos: La depresión en los niños y cómo ayudarlos –
A veces, cuando más necesitamos ayuda es cuando más nos cuesta pedirla. Pero hay soluciones para el problema de tu depresión, y hay consejos para pedir ayuda para curarte. El día en que establezcas una conexión con el tratamiento, comenzarás un viaje apoyado hacia un futuro empoderado.
Pedir ayuda no es un signo de debilidad, como tampoco lo es la propia depresión. Lo importante es tener en cuenta que hay una salida de la oscuridad. No tienes que verlo ni saber cómo navegar por ese camino de curación. Sólo tienes que lanzar una llamarada -por decirlo de alguna manera- para que alguien sepa que necesitas ayuda y orientación.
Saber cómo pedir ayuda cuando estás deprimido no consiste sólo en definir los pasos de acción. También se trata de entender cómo la depresión tiende a interponerse en esos pasos y encontrar las pequeñas ventanas de oportunidad para la esperanza y la conexión.
Si sigues esperando a que llegue otro día para contarle a alguien tu depresión, puede que ese día nunca llegue. Si te sientes desesperanzado, entonces te vendría bien ayuda para encontrar el camino de la recuperación y conseguir algo de tracción en la dirección correcta. Está perfectamente bien dar un pequeño paso cada vez.
Cómo contarle a alguien su depresión | Kati Morton
Tener dificultades para funcionar en el día a día durante más de dos semanas puede ser un signo de depresión. La depresión mayor es la principal causa de discapacidad en Estados Unidos. A más de 25 millones de estadounidenses les cuesta salir de la cama cada día.
Si no está seguro de estar experimentando una depresión clínica, empiece por descartar otras causas o condiciones relacionadas. Evalúe su vida para ver si hay algún medicamento que pueda imitar los síntomas de la depresión. Pregunte a su médico si un medicamento tiene efectos secundarios y, si es así, si puede tomar algo diferente que consiga el mismo objetivo.
Sea honesto consigo mismo a la hora de considerar la cantidad de alcohol que consume. ¿Tomas alguna droga ilícita u otra sustancia que parece “hacer que todo desaparezca” cuando la consumes? Considera la frecuencia con la que la tomas y si realmente dependes de ella para sentir emociones. Otra pregunta que debes hacerte es si anhelas una “píldora” que haga que todo desaparezca.
Pedir ayuda puede dar miedo. Puede hacerte sentir vulnerable o amenazado. Por ejemplo, puedes preguntarte: “¿Perderé mi trabajo si lo saben?” “¿Creerán que me he vuelto loco?” “¿Me encerrarán y tirarán la llave?” “¿Perderé a mi familia?”