Empleo en las Islas Canarias
Antes era muy difícil para las mujeres en la profesión del vino. Hubo un momento en que incluso se prohibió a las mujeres trabajar en las bodegas. Pero las cosas han cambiado. Las mujeres están iniciando una revolución mundial del vino. Las mujeres mencionadas a continuación son sólo la punta del iceberg.
Las siete islas mayores del archipiélago canario han cultivado vides y cosechado uvas -muchas de las cuales son variedades únicas de las islas-, desde la llegada de los primeros conquistadores y colonos europeos en el siglo XV. El más antiguo, el viñedo de Aníbal, se estableció en Fuerteventura en algún momento entre 1402 y 1412, cuando el hijo del conquistador Gadifer de La Salle pasó una temporada en la isla.
Por ejemplo, La Isleta, la bodega centenaria de Tenerife, ha estado en manos de la misma familia desde el 18 de febrero de 1868, cuando Tomás González Julián compró la finca a Lucía Hidalgo Álvarez, que había adquirido la propiedad por herencia paterna pero no pudo hacer uso de las tierras por sí misma.
Otra prueba de la discriminación de la mujer es que hasta hace poco tiempo persistía la creencia de que las mujeres no debían entrar en una bodega porque si lo hacían durante la menstruación, el vino se estropearía. Ricardo Sosa, o Ricardito, de la región vinícola de Monte Lentiscal, en Gran Canaria, que era famoso tanto por su larga vida (vivió hasta los 106 años) como por su vino a granel, mantenía un cartel en la entrada de su bodega que decía: “No fumar. Sin mujeres”. Durante una entrevista en 1997, se le pidió a Sosa (que para entonces tenía 103 años) que explicara el mensaje. “Dejé de fumar hace diez años”, dijo. A continuación se le insistió en la afirmación sobre las mujeres. “Por el beneficio”, explicó. “Para que no estropeen el líquido”.
Trabajar y viajar en Mallorca
(Milán) – Las autoridades españolas deben aliviar inmediatamente las condiciones de hacinamiento e insalubridad del muelle de Arguineguín, en Gran Canaria, una de las Islas Canarias españolas, señaló hoy Human Rights Watch. Desde el 7 de noviembre de 2020, cuando Human Rights Watch visitó el muelle, el número de migrantes y refugiados detenidos allí se ha duplicado con creces, hasta superar los 2.000.
La creciente crisis humanitaria se produce tras un fuerte aumento en los últimos meses del número de personas que intentan llegar a Europa a través de las Islas Canarias, en el Océano Atlántico frente a la costa occidental de África.
“Lo que vi hace unos días fue una hilera de tiendas de campaña abarrotadas en las que se retiene a la gente durante días, durmiendo en el suelo, con 30 o 40 personas compartiendo un retrete portátil”, dijo Judith Sunderland, subdirectora en funciones para Europa y Asia Central de Human Rights Watch. “No puedo imaginar la situación actual con más del doble de personas. Incluso asumiendo las mejores intenciones de quienes trabajan allí, estas condiciones no respetan la dignidad ni los derechos básicos de las personas, ni dan buena imagen de España.”
Voluntariado en las Islas Canarias
200 personas acampan en un puerto “sin duchas ni condiciones sanitarias adecuadas” en la isla de Gran Canaria, mientras el número de personas que llegan a las Islas Canarias en pateras alcanza su nivel más alto desde hace más de una década tras la represión de otras rutas hacia territorio español.
“El aumento de la seguridad en el Mediterráneo está empujando a más inmigrantes que buscan una vida mejor en Europa a intentar la más larga -y peligrosa- travesía del Atlántico hasta las Islas Canarias de España, que han visto un aumento de las llegadas.
El uso de la ruta “se disparó” después de que Marruecos comenzara a alejar a los migrantes de su costa norte en septiembre de 2019 para evitar que salieran en barco hacia el sur de España, dijo Txema Santana, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
La medida siguió a un acuerdo con la Unión Europea, que ha llegado a acuerdos similares con otras naciones, como Libia y Turquía, que han servido durante mucho tiempo como plataformas de lanzamiento para los intentos de cruzar el Mediterráneo hacia Europa.”
Workaway tenerife
Durante los últimos cincuenta años, las Islas Canarias han experimentado un cambio radical en cuanto a los flujos de movilidad exterior. A partir del boom turístico de los años 60 y 70, el archipiélago cambió su tradicional papel de emigrante por el de inmigrante. En los últimos años, estos flujos migratorios han alcanzado su punto álgido con más de 61.000 nuevos residentes extranjeros registrados. Esta evolución ha llevado a esta Región Ultraperiférica a tener la segunda tasa más alta de extranjeros residentes en España. Esta última etapa migratoria se ha caracterizado por el gran número de inmigrantes irregulares que han llegado desde países subdesarrollados como Marruecos, Colombia y Mauritania. Ligado sin duda a este proceso, se ha producido un notable incremento de la población femenina residente en Canarias. Estas mujeres inmigrantes están sustituyendo a las autóctonas en trabajos poco cualificados y mal pagados. Ante esta situación, un estudio de género puede contribuir al desarrollo de una forma de vida plural, multiétnica e intercultural que neutralice los peligros de la discriminación y el racismo en Canarias.