Sectores económicos España
El sector agroalimentario aporta mucho valor a la economía española, ya que representa el 5,8% de su PIB, el 11% si se incluyen todas las actividades de la cadena alimentaria. Además, destaca por su gran potencial exportador y por una capacidad de resistencia que le ha permitido capear los altibajos de la economía a lo largo de los años. Por ello, aunque los principales mercados para las exportaciones agroalimentarias españolas se han ralentizado como consecuencia del aumento de las tensiones comerciales y la incertidumbre sobre el Brexit, los indicadores de actividad disponibles muestran que, por el momento, la industria está resistiendo razonablemente bien la situación.
El sector agroalimentario es de vital importancia para la economía española. En concreto, aporta el 5,8% del valor añadido bruto (VAB) de la economía, frente al 5,3% de 2007, lo que muestra cómo el sector ha crecido en la última década en comparación con el conjunto de la economía española. Está formado por unas 945.000 empresas agrícolas1 que aportan el 3,0% del VAB total, y por más de 31.000 empresas dedicadas a la transformación de alimentos2, que aportan el 2,9% del VAB. El peso relativo del sector agroalimentario en el conjunto de la economía española es significativamente mayor que su participación en la UE (3,8%)3, cifra que refleja la mayor preponderancia de la producción agroalimentaria en España. De hecho, el sector agroalimentario español ocupa una posición clave entre los países europeos: es el tercer país en cuanto a su contribución al sector agroalimentario de la UE, con una cuota del 11,9% del VAB4 , sólo por detrás de Francia (15,6%) y Alemania (13,9%).
Estadísticas de España
Ha pasado mucho tiempo desde que Portugal y España, los dos vecinos de la Península Ibérica, destacaron junto a Grecia e Irlanda como los países con peores resultados de la UE, los llamados PIGS -acrónimo desagradable y despectivo para describir las economías de estos países durante la crisis financiera-. Las cosas han cambiado notablemente desde entonces.
Ahora se suele citar a Portugal como ejemplo de resurgimiento económico, aplaudido por las instituciones internacionales. La mayoría de los elogios se basan en el buen comportamiento de su tasa de desempleo. Para poner la afirmación en perspectiva, como muestra el gráfico 1, España y Portugal tenían tasas de desempleo similares al final del anterior ciclo expansivo. Desde entonces, la tasa española se disparó hasta la cifra histórica del 26,3% a mediados de 2013, mientras que el desempleo portugués subió hasta el 17,5% en el mismo periodo. Aquí, el impacto de la burbuja inmobiliaria española es evidente, como veremos más adelante en este análisis. A partir de 2013, ambas tasas siguieron cursos paralelos, cayendo hasta el 15,9% en España (10,4 puntos porcentuales menos) y hasta el 7,4% en Portugal (10,1 puntos menos). La principal diferencia es que los niveles de desempleo portugueses están actualmente por debajo de los de 2008, mientras que los de España siguen estando muy por encima.
PIB de la OCDE en España
Además, según estos expertos, actividades como la agricultura apenas han sido objeto de investigaciones sobre la siniestralidad laboral a pesar de ser el tercer sector con mayor índice de accidentes, sólo por detrás de la industria química y la construcción. “El sector primario no ha sido suficientemente estudiado a pesar de que es fuente de numerosos accidentes. Por ello, los ratios persisten en el tiempo, ya que los dos primeros sectores han incorporado numerosas medidas de seguridad, y no se han añadido las mismas exigencias en el caso de la agricultura”, ha explicado Cugueró.
Los investigadores han identificado varias causas de esta altísima siniestralidad laboral en la agricultura, muchas de ellas relacionadas con los riesgos inherentes a la actividad, como el uso de maquinaria y las duras exigencias físicas del sector, pero también algunas relacionadas con el perfil de los empleados y las características específicas de este tipo de trabajo. “Se trata de un sector con una alta proporción de trabajadores inmigrantes y un alto riesgo por la propia naturaleza del trabajo. Además, actividades como la agricultura se han caracterizado en las últimas décadas por unas condiciones laborales muy precarias”, explican los autores.
PIB España
La economía de España es una de las mayores del mundo, con un Producto Interior Bruto de 1,36 billones de dólares. El país ocupa el 14º lugar entre las mayores economías del mundo. En Europa, el PIB de España sólo es superado por el de Francia, Italia, Alemania y el Reino Unido. A pesar de verse afectada por la crisis financiera de 2007-2008 y la recesión inmobiliaria de la década de 2000, la economía ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años, creciendo un 3% en 2016. Sin embargo, el país está muy endeudado, con una deuda pública que equivale al 99% del PIB español. En 2013, la deuda externa bruta del país se situó en 1,3 billones de dólares. El euro es la moneda oficial utilizada en el país. La regulación de las instituciones financieras corre a cargo del Banco de España, el banco central de la nación. El país ha invertido mucho en infraestructuras para facilitar el crecimiento de las industrias en el país. España alberga el quinto puerto más activo de Europa, el de Valencia, que es también el más activo del Mediterráneo. El país cuenta con la red ferroviaria de alta velocidad más larga de Europa y sólo es superada a nivel mundial por China. Las principales industrias que impulsan la economía de España son el turismo, la industria manufacturera, la agricultura y la energía.