Quién es la persona más pacífica del mundo
El Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas rinde homenaje a los más de un millón de mujeres y hombres que han servido en el frente de los conflictos y a los más de 4.000 que han perdido la vida en el cumplimiento del deber. Su servicio y sus sacrificios nunca serán olvidados.
La conmemoración de este año se centra en la cuestión central de la juventud, la paz y la seguridad. En todos los países en los que trabaja nuestro personal de mantenimiento de la paz, la paz sólo puede lograrse con la participación activa de los jóvenes. El mundo tiene que hacer mucho más para atender sus necesidades, amplificar sus voces y asegurar su presencia en las mesas de toma de decisiones.
Nuestras misiones desempeñan un papel importante en la protección y el apoyo a los jóvenes, en particular a las mujeres y las niñas, para reducir la violencia y mantener la paz. En la República Democrática del Congo, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO) está trabajando con los jóvenes que son vulnerables al reclutamiento por parte de grupos armados, para proporcionar alternativas viables y sostenibles a la violencia. En Sudán del Sur, la inclusión de grupos de jóvenes en los procesos de paz ha ayudado a fortalecer las relaciones entre los actores subnacionales y nacionales. En la República Centroafricana y en Malí, la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA) y la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) han colaborado estrechamente con representantes de la juventud para aumentar la participación electoral en las últimas elecciones.
Líderes por la paz
El vínculo había sido reconocido previamente por el Consejo de Seguridad de la ONU en la Resolución 2417 (adoptada en mayo de 2018), que también reconfirmó la prohibición del uso del hambre como arma de guerra -por la que las facciones armadas bloquean el acceso a los alimentos para obligar a la población civil a rendirse o marcharse- y reconoció que el mundo nunca podrá eliminar el hambre si no hay paz.
En particular, los proyectos de desarrollo en los que la población recibe ayuda alimentaria mientras construye o rehabilita infraestructuras comunitarias como carreteras, sistemas de riego o reservas de agua pueden mejorar la seguridad alimentaria y reducir la competencia por los recursos.
Que luchó por la paz
Connal Parr, Liam Kennedy y Margaret O’Callaghan no trabajan, consultan, poseen acciones o reciben financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no han revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
La Universidad Queen’s de Belfast proporciona financiación como socio fundador de The Conversation UK.El University College de Dublín, la Universidad Northumbria de Newcastle y la Universidad del Este de Londres proporcionan financiación como miembros de The Conversation UK.
Durante las últimas décadas del siglo XX, el conflicto de Irlanda del Norte parecía irresoluble. Unionistas y lealistas querían que Irlanda del Norte siguiera formando parte del Reino Unido, mientras que republicanos y nacionalistas querían que volviera a formar parte de una Irlanda unida.
Sin embargo, el 10 de abril de 1998, tras rondas de negociaciones multipartidistas, se alcanzó finalmente un acuerdo en Belfast: el Acuerdo de Viernes Santo. Establecía una vía para que los grupos paramilitares de ambos bandos se deshicieran de sus armas y para que los presos fueran liberados. También allanaba el camino para el reparto de poder entre unionistas y republicanos, y establecía una serie de instituciones transfronterizas entre el norte y el sur.
Activistas por la paz
Ya en 1942, en tiempos de guerra, los gobiernos de los países europeos que se enfrentaban a la Alemania nazi y sus aliados se reunieron en el Reino Unido para celebrar la Conferencia de Ministros de Educación Aliados (CAME). La Segunda Guerra Mundial estaba lejos de haber terminado, pero esos países buscaban formas y medios para reconstruir sus sistemas educativos una vez restablecida la paz. El proyecto cobró rápidamente impulso y pronto adquirió un carácter universal. Nuevos gobiernos, entre ellos el de Estados Unidos, decidieron sumarse. A propuesta del CAME, se convocó en Londres, del 1 al 16 de noviembre de 1945, una Conferencia de las Naciones Unidas para la creación de una organización educativa y cultural (ECO/CONF). Apenas había terminado la guerra cuando se inauguró la conferencia. Reunió a representantes de cuarenta y cuatro países que decidieron crear una organización que encarnara una auténtica cultura de paz. A su juicio, la nueva organización debía establecer la “solidaridad intelectual y moral de la humanidad” y evitar así el estallido de otra guerra mundial.