Bolsa de trabajo del museo
Un conservador (del latín: cura, que significa “cuidar”)[1] es un gestor o supervisor. Cuando trabaja en organizaciones culturales, un conservador suele ser un “conservador de colecciones” o un “conservador de exposiciones”, y tiene tareas multifacéticas que dependen de la institución concreta y su misión. En los últimos años [¿cuándo?] la función de conservador ha evolucionado junto con el papel cambiante de los museos, y el término “conservador” puede designar al jefe de una determinada división. Más recientemente, han empezado a surgir nuevos tipos de conservadores: “comisarios comunitarios”, “comisarios literarios”, “comisarios digitales” y “biocuradores”.
Emile Theodore (en el centro), conservador de museos del Palacio de Bellas Artes de Lille de 1912 a 1937, aquí durante la reconstrucción de la galería dedicada a la pintura española e italiana, hacia 1920.
Un “conservador de colecciones”, un “conservador de museo” o un “guardián” de una institución del patrimonio cultural (por ejemplo, galería, museo, biblioteca o archivo) es un especialista en contenidos encargado de las colecciones de una institución y que participa en la interpretación del material del patrimonio, incluidos los artefactos históricos. La preocupación de un conservador de colecciones tiene que ver necesariamente con objetos tangibles de algún tipo: obras de arte, objetos de colección, artículos históricos o colecciones científicas.
Revista de museos
Entorno laboral: Los archiveros, conservadores, técnicos de museos y conservadores trabajan en museos, sitios históricos, gobiernos, colegios y universidades, empresas y otras instituciones. La mayoría trabaja a tiempo completo.
Cómo llegar a serlo: Los puestos de archivero, conservador y restaurador suelen requerir un máster relacionado con el campo del puesto. Los técnicos de museos suelen tener una licenciatura. La experiencia previa obtenida a través de unas prácticas o del voluntariado en archivos o museos es útil para conseguir un puesto de archivero, conservador, técnico de museo o conservador.
Perspectivas laborales: Se prevé que el empleo global de archiveros, conservadores y técnicos de museos crezca un 19% en los próximos diez años, mucho más rápido que la media de todas las ocupaciones.
A continuación, encontrará todo lo que necesita saber sobre la carrera de archivero, conservador u otro trabajador de museos con muchos detalles. Como primer paso, eche un vistazo a algunos de los siguientes empleos, que son trabajos reales con empleadores reales. Podrás ver los requisitos reales de la carrera profesional de los empleadores que están contratando activamente. El enlace se abrirá en una nueva pestaña para que puedas volver a esta página y seguir leyendo sobre la carrera:
Trabajos en museos universitarios
Los archiveros, conservadores y restauradores suelen necesitar un máster en un campo relacionado con su puesto. Los técnicos de museos suelen necesitar una licenciatura. Es útil la experiencia adquirida a través de unas prácticas o del voluntariado en archivos o museos.
Los archiveros valoran, procesan, catalogan y conservan registros permanentes y documentos de valor histórico. Los conservadores supervisan colecciones de obras de arte y objetos históricos y pueden realizar actividades de servicio público para una institución. Los técnicos y conservadores de museos preparan y restauran los objetos y documentos de las colecciones y exposiciones de los museos.
Los archiveros conservan documentos y registros importantes o históricamente significativos. Coordinan programas educativos y de divulgación, como visitas, conferencias y clases. También pueden colaborar con los investigadores en temas y objetos relacionados con sus colecciones.
Algunos archiveros se especializan en una época concreta de la historia para conocer mejor los documentos de ese periodo. Los archiveros suelen trabajar con formas específicas de documentación, como manuscritos, registros electrónicos, sitios web, fotografías, mapas, películas o grabaciones de sonido.
Asociación de Museos
Por Real Decreto de 5 de julio de 1871 se cambió su nombre por el de Junta Consultiva de Archivos, Bibliotecas y Museos. Por Real Decreto de 16 de abril de 1875 se le confirió el título de Junta Facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos. La Junta estuvo sometida a numerosos reglamentos desde la fecha de su creación y hasta 1936; sus competencias, sin embargo, apenas variaron. Sus principales funciones eran:
Se creó la Junta Consultiva de Archivos, Bibliotecas y Museos. Dicha junta actuaría como órgano complementario, encargado en gran medida de fomentar y realizar las actividades técnicas y científicas del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos.
Se trata, por tanto, de un bien documental de extraordinaria importancia para entender casi todo un siglo de historia de los Archivos, Bibliotecas y Museos españoles. Se conserva en el Archivo de la Biblioteca Nacional porque el Director de dicho archivo, como jefe del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, también presidía sus sesiones de trabajo, que se celebraban en sus dependencias, donde se archivaba toda la documentación generada por la Junta.