Cómo podemos reducir la contaminación del suelo
Cada año la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), celebra una concienciación sobre el Suelo. El 5 de diciembre de 2018, En la Asociación Mundial de Permacultura, nos unimos a la celebración de la conciencia del Día Mundial del Suelo (DMS). El tema de este año es Stop Soil Pollution Be The Solution.
#StopSoilPollution está en el corazón del mandato de la Asociación Mundial del Suelo, como lo demuestra el Simposio Mundial sobre la Contaminación del Suelo. Trabajamos para garantizar que las personas tengan alimentos seguros y nutritivos para asegurar una vida activa y saludable sin poner en peligro los servicios esenciales de los ecosistemas (1).
Si vas al sitio de la FAO, puedes ver cada tema del Día Mundial del Suelo (DMS) desde 2012. La Asociación Mundial de Permacultura y yo queremos celebrar e impulsar formas de ser la solución todos los días, no solo un día al año. Este artículo contiene cinco soluciones que encabezan mi lista de caminos hacia la solución.
Los productos químicos no son la solución; puedes comprometerte a no utilizar más productos químicos, como insecticidas, fungicidas o herbicidas. En muchos casos, incluso los pesticidas naturales, como el cobre, contaminan el suelo y aportan toxicidad a los microorganismos y al agua.
Contaminación del agua
La jardinería en zonas urbanas es cada vez más popular en Carolina del Norte. Cultivar alimentos localmente (lo que requiere menos energía para el envasado, el transporte y el almacenamiento), conectar con la naturaleza en la puerta de casa, involucrar a los niños en la agricultura y controlar la cantidad y los tipos de pesticidas y fertilizantes que se aplican a los alimentos son algunas de las muchas y maravillosas razones para cultivar un huerto en la ciudad. Pero la jardinería urbana plantea riesgos potenciales. Antes de plantar, los jardineros urbanos deben evaluar el uso que se ha hecho de un posible emplazamiento, para identificar los posibles riesgos de seguridad -incluidos los contaminantes químicos- del suelo.
Esta publicación alerta a los futuros jardineros sobre algunos de los contaminantes más comunes en los suelos urbanos, como el plomo y otros metales tóxicos, los disolventes, los pesticidas y los hidrocarburos totales del petróleo. Los lectores aprenderán a minimizar los riesgos potenciales para los jardineros y para quienes consumen los productos del jardín. El documento incluye información sobre la caracterización del lugar, los contaminantes más comunes, los análisis del suelo, la interpretación de los resultados y las estrategias para reducir los riesgos de exposición.
Prevención de la contaminación del suelo
La contaminación del suelo se produce cuando se entierran o derraman sustancias químicas peligrosas o éstas han migrado al suelo no contaminado. La contaminación puede producirse durante la eliminación inadecuada de sustancias químicas peligrosas, durante la aplicación de pesticidas y fertilizantes, o a través de procesos químicos e industriales. Además, estas sustancias pueden depositarse si el agua contaminada atraviesa una zona o si las partículas de las chimeneas industriales caen del aire y se combinan con el suelo.
Las personas pueden estar expuestas al respirar polvo contaminado, tragar o tocar tierra contaminada y comer alimentos cultivados en tierra contaminada. Los niños que viven y juegan en una zona contaminada tienen un mayor riesgo de exposición. Los niños en edad preescolar tienen más probabilidades de estar expuestos debido a su frecuente actividad con las manos. El polvo de la tierra contaminada puede entrar en la casa en los zapatos y acabar en las superficies interiores y en los juguetes.
Contaminación acústica
El Día Mundial del Suelo se celebra anualmente el 5 de diciembre. El lema de este año, “Sé la solución a la contaminación del suelo”, pretende llamar la atención sobre las prácticas agrícolas insostenibles, las actividades industriales y la minería, los residuos urbanos no tratados y otras prácticas no respetuosas con el medio ambiente. Con una población creciente que se prevé que alcance los 9.000 millones de personas en 2050, la contaminación del suelo es un problema mundial que degrada nuestros suelos, envenena los alimentos que comemos, el agua que bebemos y el aire que respiramos.
Los efectos de la lluvia ácida y las inundaciones pueden acabar con un suelo sano en ausencia de árboles, que de otro modo ayudarían a absorber y mantener estas aguas y las toxinas que las acompañan. Gracias a los esfuerzos de reforestación y a la plantación de nuevos árboles y vegetación en zonas con riesgo de erosión, se puede interrumpir la contaminación del suelo.
Las prácticas de producción agrícola sostenible son vitales para invertir la tendencia a la degradación del suelo y salvaguardar la seguridad alimentaria mundial actual y futura. Si más personas compran productos ecológicos, la demanda de alimentos no ecológicos disminuirá, lo que significa que habrá menos razones y oportunidades para utilizar esos fertilizantes y pesticidas que contribuyen a la contaminación del suelo.