Islas Canarias
Las nuevas medidas, aprobadas el 5 de mayo, aumentan las bonificaciones fiscales para los rodajes internacionales del 25% al 30% para el primer millón de euros (1,1 millones de dólares) gastado en España y limitan la deducción fiscal total de un rodaje a 10,8 millones de dólares, frente a 3,28 millones de dólares.
“La mejora de las condiciones de desgravación fiscal mantendrá la competitividad de España como destino de rodaje internacional”, afirma Adrián Guerra, de Nostromo Pictures, presidente de Profilm, la asociación comercial del sector de los rodajes internacionales en España.
Construida -literalmente- en torno a los Estudios Secuoya, la construcción de la Ciudad de los Contenidos de Madrid, cuya finalización está prevista para septiembre de 2021, abarca 10 platós de sonido y pretende responder a la enorme demanda de instalaciones de producción de la era del streaming.
“Nos preparamos para rodar con total garantía, unificando nuestros protocolos de rodaje con los que traen los equipos de producción de sus países”, dice Denis Pedregosa, director general del proveedor de servicios Babieka. “Durante el encierro, no hemos dejado de recibir propuestas internacionales para rodar en España. Soy muy optimista respecto a un aumento brusco de los rodajes internacionales una vez que se abran las fronteras.”
Películas al fresco
La otra noche, mientras buscaba en Netflix algo que ver, me decidí por “No mires hacia arriba”, una espantosa pero entretenida historia con moraleja que utiliza un meteorito que destruye la Tierra como representación del cambio climático. Soy de los que esperan a los créditos finales para ver dónde se ha rodado una película. Ésta se rodó en Massachusetts, con Boston como ciudad de Nueva York. Al instante pensé: ¿cuántas subvenciones recibió esta película? Pero sé la respuesta, porque casi siempre es la misma: no puedo saberlo y no podré averiguarlo hasta dentro de un par de años. He aquí la razón:
Los cineastas -especialmente los respaldados por los grandes estudios- reciben bastante dinero público: más de 30 estados ofrecen subvenciones a la producción de cine y televisión. Muchos de esos programas están estructurados como “créditos fiscales” que equivalen a un porcentaje del gasto de la empresa en un estado. Por ejemplo, el programa de Massachusetts es un crédito del 25%, por lo que si una productora gasta allí 20 millones de dólares en el rodaje de una película, obtendrá un “crédito fiscal” por valor de 5 millones.
Financiación del cine español
España ofrece incentivos fiscales para películas y series de televisión internacionales que posicionan a nuestro país como uno de los destinos de rodaje más competitivos de la zona. Además, rodar aquí puede aprovechar las conocidas virtudes y méritos de nuestro país y de nuestra robusta industria audiovisual,
La regulación de los incentivos fiscales a los rodajes en España se recoge en la Ley 27/2014 del Impuesto sobre Sociedades, de 27 de noviembre de 2014 en la que se recogen las deducciones fiscales disponibles para las inversiones en producciones cinematográficas, series audiovisuales así como artes escénicas y espectáculos musicales.
Ayudas al cine en españa 2022
Los incentivos a la producción de películas son beneficios fiscales que se ofrecen en cada estado de Estados Unidos para fomentar la producción de películas en el propio estado. Desde la década de 1990, los estados han ofrecido incentivos cada vez más competitivos para atraer a las producciones de otros estados. La estructura, el tipo y el tamaño de los incentivos varían de un estado a otro. Muchos incluyen créditos y exenciones fiscales, y otros paquetes de incentivos incluyen subvenciones en metálico, localizaciones libres de tasas u otras ventajas.
Los defensores de estos programas señalan el aumento de la actividad económica y la creación de empleo como justificación de los créditos. Otros argumentan que el coste de los incentivos es mayor que los beneficios y dicen que el dinero se destina principalmente a los talentos de fuera del estado en lugar de a los miembros del reparto y el equipo del estado.
El desarrollo de los incentivos a la producción cinematográfica tiene su origen en los beneficios económicos que se perciben de la producción cinematográfica y televisiva en Estados Unidos. En 2010, los ingresos de la producción televisiva en EE.UU. se estimaron en 30.800 millones de dólares[6], mientras que los ingresos de la producción de cine y vídeo en EE.UU. se estimaron en 29.700 millones de dólares en el mismo año[7].