Bancos
La crisis de España fue un ciclo de auge y caída que se volvió explosivo por el contagio de la zona del euro. En la década de 2000, la economía española era generalmente floreciente, su crecimiento superaba al de sus vecinos europeos y el presupuesto registraba un sólido superávit en muchos años. La mayoría de los solicitantes de empleo podían encontrar trabajo, ayudados por un boom de la construcción. Los préstamos fáciles de los bancos alimentaron una burbuja, ya que los precios de la vivienda casi se triplicaron entre 1997 y 2008.
En 2009, España estaba en recesión. A medida que la economía se contraía, los altos niveles de desempleo y deuda se sumaban a los problemas inmobiliarios. El crecimiento mejoró un poco en 2011, pero, a finales de ese año, casi uno de cada cuatro trabajadores españoles no podía encontrar trabajo. Ese año, España era el país con más desempleo de la UE. La tasa siguió subiendo, hasta alcanzar un máximo en 2013 con una media anual del 26,2%, es decir, seis millones de parados. Para entonces, Grecia había tomado el relevo como país con el mercado laboral de peor rendimiento del bloque, con una tasa de paro del 27,7%[1].
España se enfrentaba a la combinación de una pérdida de competitividad, una burbuja crediticia y una burbuja inmobiliaria. Tras el estallido de la crisis financiera internacional, estos desequilibrios llevaron a España a una triple crisis: bancaria, fiscal y laboral”, dijo Luis de Guindos, que se incorporó al Gobierno de Rajoy como ministro de Economía tras las elecciones de finales de 2011.
Banco de España
Aunque existe la percepción de que España está excesivamente bancarizada en relación con otros países de la UE, la contribución del sector bancario a la economía española (en términos de valor añadido bruto y de empleo) es menor y ha disminuido, y la relación entre el crédito y el PIB del sector es sólo 3 puntos porcentuales superior a la media de la zona del euro. Curiosamente, esto ha ocurrido junto con una expansión de los servicios financieros auxiliares, que se han vuelto más atractivos debido a la prolongación de unos tipos de interés históricamente bajos.
Resumen: Los servicios bancarios españoles generan el 2,7% del valor añadido bruto de la economía española y el 1,1% de sus empleos. Estos porcentajes están por debajo de las medias de la eurozona, que son del 3% y del 1,4%, respectivamente. Tras la crisis, la contribución del sector bancario a la economía ha disminuido tanto en España como en la eurozona, aunque de forma más intensa en España. A pesar del crecimiento de la desintermediación financiera, los bancos siguen siendo el núcleo del sistema financiero español, representando el 70% de su VAB y el 61% del empleo generado. Cabe destacar la creciente importancia de las actividades auxiliares a los servicios financieros, que aportaron el 12% de los ingresos y el 24% del empleo generado por el sistema financiero español en 2017. Esto se explica por el crecimiento de la gestión de fondos, que en un contexto de bajos tipos de interés, ha hecho menos atractivos los depósitos bancarios. Aunque la economía española sigue dependiendo del crédito bancario relativamente más que el resto de Europa, el intenso desapalancamiento del sector privado observado ha reducido drásticamente esta diferencia -medido en términos de crédito/PIB, esta estadística se sitúa en el 101% en España frente al 98% en la zona euro. [1]
Datos del Banco de España
El objetivo de este trabajo es analizar el desempeño de las entidades bancarias españolas entre 2009 y 2013, un periodo marcado por la reforma del sistema bancario con un gran número de fusiones e integraciones.
Los resultados muestran que la mayoría de las entidades han mejorado su rendimiento desde el enfoque de producción. Sin embargo, desde el enfoque de intermediación, la eficiencia de la muestra se ha deteriorado, lo que plantea dudas sobre la sostenibilidad del negocio bancario tradicional cuando la actual estrategia de restricción del crédito es duradera.
El análisis comparativo demuestra que, tras las profundas reformas llevadas a cabo en España, las entidades bancarias mantienen rangos de eficiencia similares a los que tenían al inicio del periodo analizado. Esto demuestra que la reforma ha creado nuevos grupos que operan adecuadamente, evitando el cierre de entidades. A pesar de la mejor racionalización de los recursos disponibles, las perspectivas de la banca española siguen siendo poco claras en el actual contexto macroeconómico, que no favorece al negocio bancario.
Sistema bancario español 2017 en línea
Si acaba de aterrizar en España y piensa vivir aquí, le sugerimos que abra una cuenta bancaria. Pero antes de hacerlo, nos gustaría explicarle algunos de los pormenores de las operaciones bancarias en España. Le diremos qué documentos son necesarios, le informaremos sobre los horarios bancarios, los tipos de cuentas, las comisiones y lo que debe hacer al enviar y recibir transferencias internacionales, y le ofreceremos una lista de bancos en España. Esta es nuestra guía para realizar operaciones bancarias en España.
Hay más de 165 bancos diferentes y de dos tipos: bancos (privados o de titularidad pública) y cajas (estatales, que suelen invertir en proyectos locales). Si acaba de aterrizar, asegúrese de visitar ambos para hacerse una idea clara de lo que le resultará más conveniente. Cuando decimos conveniente nos referimos a: elegir un banco que esté cerca de tu lugar de residencia, que ofrezca servicios bancarios por Internet, cajeros automáticos gratuitos y muchas sucursales en todo el país.
Una vez que abra su cuenta, le darán una tarjeta de débito/crédito por una cuota anual*, con la que podrá sacar dinero de los cajeros automáticos o pagar en la mayoría de los restaurantes, tiendas y supermercados. Recuerde que los cheques rara vez se aceptan en España y que no todas las transacciones en cajeros son gratuitas. Asegúrese de que el banco le informa de qué cajero puede utilizar para evitar recargos. De lo contrario, la mayoría de los cajeros le informarán del recargo, si lo hay, antes de proceder a confirmar la transacción.