Recomendación de la OMS para el presupuesto sanitario
Se examinan los determinantes del gasto sanitario público en dos de los países más descentralizados del mundo (Canadá y España) para dos periodos de tiempo parcialmente superpuestos en cuanto a disponibilidad de datos: Canadá, de 1981 a 2013, y España, de 2002 a 2013. Aunque Canadá suele gastar más per cápita en asistencia sanitaria que España, con el tiempo los resultados de los indicadores de salud a nivel macro de España han superado a los de Canadá. Utilizando un análisis de regresión, encontramos que los principales determinantes del gasto sanitario público incluyen la tendencia temporal, la renta, el número de médicos y los efectos fijos regionales. El número de médicos es un impulsor significativo del gasto sanitario público real per cápita en Canadá, pero no en España, a pesar del mayor número de médicos per cápita en España. Las diferencias en el crecimiento y el rendimiento de la renta per cápita real explican gran parte de la diferencia entre el gasto sanitario público de estos dos países, con alguna contribución de las diferencias en el número de médicos per cápita. Los resultados diferenciales de los indicadores sanitarios plantean la cuestión de qué podría hacer Canadá para ser más eficiente.
Gasto sanitario por países
El gasto sanitario mide el consumo final de bienes y servicios sanitarios (es decir, el gasto sanitario corriente), incluyendo la asistencia sanitaria personal (cuidados curativos, cuidados de rehabilitación, cuidados de larga duración, servicios auxiliares y bienes médicos) y los servicios colectivos (servicios de prevención y salud pública, así como la administración sanitaria), pero excluyendo el gasto en inversiones. La asistencia sanitaria se financia a través de una combinación de mecanismos de financiación que incluyen el gasto público y el seguro sanitario obligatorio (“Gobierno/obligatorio”), así como el seguro sanitario voluntario y los fondos privados, como los pagos de bolsillo de los hogares, las ONG y las empresas privadas (“Voluntario”). Este indicador se presenta como un total y por tipo de financiación (“Gobierno/obligatorio”, “Voluntario”, “De bolsillo”) y se mide como una parte del PIB, como una parte del gasto sanitario total y en USD per cápita (utilizando las PPA de toda la economía).
El gasto sanitario mide el consumo final de bienes y servicios sanitarios (es decir, el gasto sanitario corriente), incluyendo la asistencia sanitaria personal (cuidados curativos, cuidados de rehabilitación, cuidados de larga duración, servicios auxiliares y bienes médicos) y los servicios colectivos (servicios de prevención y salud pública, así como la administración sanitaria), pero excluyendo el gasto en inversiones. La asistencia sanitaria se financia a través de una combinación de mecanismos de financiación que incluyen el gasto público y el seguro sanitario obligatorio (“Gobierno/obligatorio”), así como el seguro sanitario voluntario y los fondos privados, como los pagos de bolsillo de los hogares, las ONG y las empresas privadas (“Voluntario”). Este indicador se presenta como un total y por tipo de financiación (“Gobierno/obligatorio”, “Voluntario”, “De bolsillo”) y se mide como una parte del PIB, como una parte del gasto sanitario total y en USD per cápita (utilizando las PPA de toda la economía).
Gasto en salud mental por países
El gasto sanitario como proporción del PIB de España sube un 1,58 %, pasando del 9,0 % en 2018 al 9,1 % en 2019. Desde el descenso del 1,90 % en 2016, el gasto sanitario en porcentaje del PIB aumentó un 2,01 % en 2019.
Nivel de gasto sanitario corriente expresado como porcentaje del PIB. Las estimaciones del gasto sanitario corriente incluyen los bienes y servicios sanitarios consumidos durante cada año. Este indicador no incluye los gastos sanitarios de capital, como edificios, maquinaria, tecnologías de la información y reservas de vacunas para emergencias o brotes.
Datos y perspectivas en vivo sobre el Coronavirus en todo el mundo, incluyendo estadísticas detalladas para los EE.UU., la UE y China – casos confirmados y recuperados, muertes, datos alternativos sobre las actividades económicas, el comportamiento de los clientes, las cadenas de suministro, y más.
¿Cuáles son los pros y los contras del sistema sanitario español?
Este artículo analiza los datos sobre el gasto total de las administraciones públicas en “sanidad” (según la Clasificación de las Funciones del Gobierno – COFOG). Forma parte de un conjunto de artículos estadísticos basados en el gasto público por funciones.
Eurostat recoge datos sobre el gasto de las administraciones públicas por función económica según la Clasificación de las Funciones del Gobierno (COFOG) internacional en el marco del Sistema Europeo de Cuentas Nacionales (SEC 2010).
En 2020 a nivel de la UE, el gasto en “salud” seguía siendo la segunda partida más importante del gasto de las administraciones públicas, después del gasto en “protección social”. En 2020, en la UE, el gasto total de las administraciones públicas en “salud” ascendió a 1 073 000 millones de euros, es decir, el 8,0 % del PIB.
Si se observa un desglose más detallado para la UE en 2020, los “servicios hospitalarios” representaron el 3,4% del PIB, los “servicios ambulatorios” el 2,5% del PIB y los “productos, aparatos y equipos médicos” el 1,2% del PIB.
El mayor gasto público en sanidad lo declararon Chequia y Austria (9,2 % del PIB), Francia (9,0 % del PIB), Dinamarca (8,9 % del PIB) y Bélgica (8,8 % del PIB). Entre los países de la AELC, Noruega fue el país que declaró la mayor cantidad (9,6% del PIB). Los importes más bajos fueron declarados por Letonia (4,8% del PIB), así como por Polonia e Irlanda (5,4% del PIB). Suiza es el país de la UE y de la AELC que menos dinero destina a la sanidad (2,5% del PIB). En algunos países, la asistencia sanitaria está organizada por el sector privado, mientras que en otros existen regímenes estatales.