España sale a la calle contra la austeridad
A pesar de la amplia mejora de la zona del euro, no se puede descartar que las elevadas deudas públicas de algunos países puedan quedar fuera de control si los tipos de interés vuelven a aumentar. Para analizar la relevancia de este peligro, se lleva a cabo un análisis de sostenibilidad de la deuda utilizando una estrecha gama de supuestos relativamente realistas hasta 2022. Aunque las deudas públicas seguirán siendo elevadas durante un período prolongado, unos superávits fiscales primarios razonables serán suficientes para estabilizar los ratios de deuda, incluso si se produce una recesión moderada.
Más de cinco años después del final de la fase aguda de la crisis de la deuda del euro, la posterior recuperación de la zona del euro ha cobrado cada vez más impulso. Pero, ¿hasta qué punto es estable la situación económica general?1 En Italia y Portugal, la ratio de deuda pública es muy elevada, en torno al 130% del PIB, y ronda el 100% del PIB en España. En los tres países, esta ratio no ha disminuido, o apenas lo ha hecho, en los últimos años, debido a los escasos avances en materia de consolidación. Esto plantea la cuestión de si las deudas soberanas de estos países siguen siendo viables si los tipos de interés vuelven a subir o si se produce la próxima recesión. Los defensores de una mayor integración fiscal justifican sus propuestas con la supuesta excesiva fragilidad de los países altamente endeudados de la zona del euro3. En este contexto, se lleva a cabo un análisis de la sostenibilidad de la deuda de España, Italia y Portugal para evaluar la fragilidad de la situación4.
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La deuda es un arma de doble filo. Utilizada con moderación, aumenta el bienestar de una sociedad, ya que permite a los consumidores y a las empresas suavizar su consumo e inversión cuando se enfrentan a una renta variable. Sin embargo, un endeudamiento elevado y creciente es una fuente de preocupación justificada: obstaculiza el crecimiento económico y aumenta la vulnerabilidad ante posibles choques.
La economía española se encontraba en esta situación en 2010, momento en el que la deuda privada superó el 200% del PIB (en términos consolidados).1 No sólo era preocupante el elevado nivel de esta deuda, muy por encima del umbral del 133% establecido como referencia por la Comisión Europea en su Procedimiento de Desequilibrio Macroeconómico (PDM)2 , sino también la velocidad con la que se había acumulado esta deuda: el flujo de crédito al sector privado creció a un ritmo anual equivalente a 18 puntos porcentuales del PIB entre 1999 y 2007, por encima del umbral del 14% establecido en el PDM.
En 2010, los hogares y las empresas españolas se embarcaron en un arduo proceso de desapalancamiento y la deuda privada española se ha reducido en casi 50 puntos porcentuales del PIB en los últimos cinco años, la mayor reducción registrada entre las economías europeas (véase el gráfico) a excepción de Luxemburgo (-67 puntos porcentuales). En consecuencia, la deuda del sector privado español, situada en el 154% del PIB en el cuarto trimestre de 2015, se aproxima ahora a niveles considerados más sostenibles y nuestras previsiones apuntan a que se situará por debajo del umbral del 133% en un plazo de tres años.
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La crisis económica que afectó al país en 2008 no puede separarse de la posterior crisis financiera. Para contextualizar los juegos bancarios que informan los próximos capítulos y para entender las consecuencias generales que la crisis económica tuvo en los bancos y cajas españoles, este capítulo examina la crisis económica y analiza sus causas y consecuencias. Una vez más, el rendimiento del sistema bancario español estuvo profundamente relacionado con el rendimiento de la economía española, y el progreso del sector bancario se vio empañado por el rendimiento de la economía española en general. La crisis económica iniciada en 2008, que forma parte de la gran recesión en la que se vieron envueltos la mayoría de los países, tuvo profundas consecuencias para el sistema bancario español. Este libro mostrará que las crisis financieras fueron el resultado de un acuerdo político en el que los incentivos y un marco regulatorio laxo favorecieron a promotores, propietarios y banqueros, confirmando así un inquilino central: la importancia crucial de las instituciones políticas domésticas, las reglas del juego y el papel de los actores domésticos que operan dentro de esas instituciones.
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Importe total de los títulos de deuda privada nacional (importes en circulación) emitidos en los mercados nacionales en proporción al PIB. Incluye datos sobre bonos y pagarés a largo plazo, papel comercial y otros pagarés a corto plazo. Abarca datos sobre bonos y pagarés a largo plazo, papel comercial y otros pagarés a corto plazo. Cuadro 16A (importe de la deuda interna): todos los emisores menos los gobiernos / PIB. Se consideran los datos de final de año (es decir, los datos de diciembre) para los títulos de deuda. El PIB procede de los Indicadores de Desarrollo Mundial. (Banco de Pagos Internacionales)Código fuente: GFDD.DM.03