Aplicación prosocial
El comportamiento de ayuda es proporcionar ayuda o beneficio a otra persona. No importa cuál sea la motivación del ayudante, sólo que el receptor reciba la ayuda. Se distingue del término más general de comportamiento prosocial, que puede incluir cualquier comportamiento cooperativo o amistoso. También se distingue del término más específico de comportamiento altruista, que requiere que la motivación para ayudar a los demás sea principalmente por el bienestar de la otra persona o incluso a costa de uno mismo.
El valor de que una persona ayude a otra es una virtud muy antigua, discutida por los griegos, evidente en todas las culturas y civilizaciones, y omnipresente en las religiones del mundo. Un antiguo filósofo griego, Platón, sugirió que los grupos de personas necesitaban formar contratos sociales para garantizar que los individuos refrenaran su propio comportamiento egoísta por el bien de los demás. Aristóteles veía la naturaleza humana como algo más innatamente bueno. También describió los sentimientos positivos relativos del dador y del receptor hacia el otro. Según Aristóteles, estos sentimientos son mayores para la persona que da ayuda que para la que la recibe. El antiguo valor confuciano “Jen” es la benevolencia o caridad hacia los demás y se considera el más alto de los valores confucianos.
Diferencia entre altruismo y comportamiento prosocial
Aturdida, se dio cuenta de que alguien llamaba a la puerta del lado del pasajero y le preguntaba si necesitaba ayuda. Sí, la necesitaba. Y con su permiso, se subió a su coche, cruzó la autopista y aparcó detrás de su propio vehículo. Luego volvió a subirse a su coche y se marchó, dejando a la Dra. Marsh, profesora de psicología de la Universidad de Georgetown, preguntándose esto:
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El comportamiento prosocial es cualquier comportamiento que pretende beneficiar a otra persona o personas (Dunfield, 2014). Algunos ejemplos son el trabajo voluntario, la donación de dinero o ayudar a un vecino a mover un mueble pesado. El tipo de comportamiento prosocial más llamativo es el altruismo, en el que una persona asume un coste para ayudar a otra sin esperar o tener la posibilidad de recibir un beneficio a cambio.
Científicos y filósofos han propuesto numerosas teorías para explicar la paradoja del comportamiento prosocial. ¿Por qué las personas se imponen voluntariamente costes para beneficiar a otros en lugar de centrarse únicamente en beneficiarse a sí mismas?
Prosocial deutsch
El altruismo es un tipo de comportamiento prosocial. A diferencia de otros comportamientos prosociales, que pueden implicar reciprocidad o algunos beneficios para el actor, el comportamiento altruista no conlleva ningún beneficio o tiene un coste para el actor.
El comportamiento prosocial puede resultar beneficioso para la sociedad en su conjunto. Fomenta la reciprocidad y la cooperación o incluso el apoyo desinteresado a los necesitados. Si el comportamiento prosocial es la norma, podemos esperar que los demás nos ayuden cuando lo necesitemos.
El objetivo era investigar si los pasajeros del metro estarían más dispuestos a ayudar a alguien borracho o enfermo y de raza blanca o negra. También investigaron si la presencia de un ayudante influiría en que los demás también ayudaran.
Comprobaron que se prestaba más ayuda y más rápidamente de lo que sugerían el “efecto espectador” y la “difusión de la responsabilidad”. Los resultados podrían deberse a que los pasajeros se encontraban en el metro y no había forma de “escapar” o huir de la emergencia, lo que provocó un mayor nivel de ayuda.
Altruismo y comportamiento de ayuda
En el módulo 11 nos alejamos de las discusiones sobre el comportamiento agresivo, los prejuicios y la discriminación tratados en los módulos anteriores, y hablamos de un tema más positivo: el comportamiento prosocial. Comenzamos contrastando el comportamiento prosocial, altruista y egoísta y luego pasamos a una explicación evolutiva del comportamiento prosocial. A partir de esto, cubrimos las razones disposicionales o personales por las que alguien puede ayudar (o no) para incluir la responsabilidad personal, las presiones de tiempo, la personalidad, las emociones autoconscientes, la religiosidad, el sentirse bien, el género, la empatía y el egoísmo. A continuación, las razones situacionales incluyen el efecto espectador, el proceso de toma de decisiones relacionado con la ayuda y las normas sociales. Terminamos con las formas de aumentar el comportamiento de ayuda.
Cuando somos niños, la mayoría de nosotros aprendemos a ayudar a una anciana al otro lado de la calle. Los socorristas trabajan febrilmente para liberar a los mineros atrapados. Los soldados arriesgan su propia seguridad para sacar a un compañero herido del campo de batalla. Los bomberos y los agentes de policía se apresuran a entrar en un edificio en llamas para ayudar a rescatar a los residentes atrapados, conscientes de la probabilidad de que el edificio se derrumbe sobre ellos. La gente se detiene para ayudar a un automovilista varado o involucrado en un accidente de tráfico. Y la gente normal y corriente toma decisiones difíciles para tomar un poco menos de un bien preciado o dar un poco más para que se pueda suministrar un bien público. Todos estos son ejemplos de lo que se llama comportamiento prosocial. En pocas palabras, el comportamiento prosocial es cualquier acto que realizamos voluntariamente con el fin de ayudar a los demás, tanto si los “demás” son un grupo de personas como si se trata de una sola persona. La clave es que estos actos son voluntarios y no se imponen al que ayuda. El motivo del comportamiento no es importante. Esto es diferente del comportamiento altruista, en el que elegimos ayudar a otra persona voluntariamente y sin esperar recompensa o reconocimiento. Si hacemos una donación de órganos o de sangre para salvar una vida y pedimos que nunca se nos identifique, el acto es altruista. Mientras que si no nos importa que la persona lo sepa, el acto se consideraría prosocial. La intención del comportamiento de ayuda es la clave.