Como ayudar a los niños a controlar la ira

Consejos para controlar la ira

A la mayoría de nosotros no nos enseñaron explícitamente las habilidades sociales. Las adquirimos en el camino, quizás observando las interacciones de nuestros padres con los demás. Pero nuestros pequeños pueden beneficiarse de nuestros momentos de enseñanza, aprendiendo a expresar adecuadamente las emociones en diferentes circunstancias. Desde muy pequeños nos dicen que no debemos enfadarnos o entristecernos. Esto sólo da lugar a sentimientos reprimidos. Podemos preocuparnos cuando nuestro hijo actúa de forma agresiva, pero la Asociación Americana de Psicología nos dice que ésta es la respuesta humana natural al enfado. Aunque a veces es necesario reprimir temporalmente la ira (por ejemplo, para evitar enfrentamientos que puedan desembocar en una agresión física), la ira no expresada puede volverse hacia el interior, lo que puede provocar problemas mentales o incluso físicos, como hipertensión, depresión, ansiedad y problemas digestivos y de sueño. También puede conducir a un comportamiento violento o pasivo-agresivo y puede dificultar las relaciones interpersonales.

Cómo manejar a un niño enojado y agresivo

¿Por qué es tan difícil controlar el enfado con nuestros hijos? Hay muchas razones, pero creo que es principalmente porque nos permitimos enfadarnos y perder el control. Cuando reaccionamos emocionalmente ante nuestros hijos y perdemos el control, estamos permitiendo que nuestros hijos determinen cómo nos comportamos nosotros y no al revés.

Con demasiada frecuencia, los padres reaccionan ante sus hijos sin pensar. Los padres creen que tienen que controlar a sus hijos inmediatamente, en lugar de tomarse un momento para pensar: “Espera, déjame primero controlarme a mí mismo antes de responder a mi hijo”.

La mejor manera de evitar que uno mismo pierda el control es entender qué es lo que le pone en marcha y reconocer cuándo empieza a perder el control. Esta es una habilidad fundamental que deben tener los padres. Afortunadamente, es una habilidad que los padres pueden aprender.

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Un secreto: cuando uno se controla, sus hijos también suelen calmarse. Recuerde que la calma es contagiosa, al igual que la ansiedad. Está demostrado que la ansiedad de los padres por sus hijos contribuye de forma significativa a la ansiedad de éstos.

Remedios naturales para la ira infantil

¿Su hijo tiene dificultades para controlar su ira? ¿Recurre a comportamientos agresivos como morder, pegar, escupir o pelear? ¿Grita o pierde rápidamente el control? Si es así, no está solo. Casi dos tercios de los adolescentes estadounidenses han sufrido un ataque de ira que ha implicado amenazas de violencia, destrucción de la propiedad o violencia hacia otros en algún momento de sus vidas. Estos graves ataques de ira incontrolable son mucho más comunes entre los adolescentes de lo que se había reconocido anteriormente, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard.

Gritos. Peleas. Golpes. Rabietas. Morder. ¿Le resulta familiar? Son comportamientos típicos de los niños que se enfadan rápidamente. Pero no olvides que la ira no siempre se manifiesta en forma de arrebato: algunos niños guardan sus intensos sentimientos en su interior. La ira no liberada y las frustraciones reprimidas pueden provocar ansiedad e incluso depresión.  A lo largo de los años he recibido cientos de preguntas de los padres, y la mayor parte de ellas se refieren a cómo ayudar a los niños a manejar la ira. El primer paso para ayudar a su hijo es reconocer los signos de que puede tener problemas de ira.

Cómo ayudar a un niño a dejar de lado la ira

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La ira es una emoción normal y saludable. Pero a muchos niños les cuesta entender la diferencia entre los sentimientos de ira y el comportamiento agresivo. La frustración y la ira pueden convertirse rápidamente en desafío, falta de respeto, agresión y rabietas cuando los niños no saben cómo manejar sus emociones.

Si no se controla, la agresividad infantil, como las peleas, los escupitajos y las burlas, puede dar lugar a otros problemas. Por ejemplo, la ira y la agresividad se han relacionado con problemas académicos, rechazo de los compañeros y mala salud mental en la edad adulta.  Para los niños que tienen problemas para dominar su temperamento, utiliza estas cinco estrategias para enseñarles a controlar la ira.

Enseña a los niños a etiquetar sus sentimientos, para que puedan verbalizar sus sentimientos de ira, frustración y decepción. Prueba a decirles: “Está bien sentirse enfadado, pero no está bien pegar”. Ayúdales a ver que tienen el control de sus acciones cuando se sienten enfadados.

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