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El proyecto México Border Hub está desarrollando la capacidad de periodistas y actores de la sociedad civil para informar sobre la corrupción en siete estados (Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora, Baja California, Baja California Sur y Tamaulipas). El programa capacita a periodistas locales, editores y actores de la sociedad civil para producir investigaciones basadas en pruebas sobre la corrupción en México. Como parte del programa, los participantes reciben formación y tutoría sobre las leyes de acceso a la información, la solicitud de datos sobre el gasto público, los procedimientos de contratación y adquisición, y la colaboración con otros periodistas a través de las fronteras estatales. Los periodistas también aprenden sobre periodismo de datos, el aprovechamiento de la tecnología para las investigaciones y la narración de historias, así como los protocolos de seguridad digital y física.
Una vez publicadas las investigaciones, los socios de la sociedad civil elaboran recomendaciones políticas y estrategias de promoción que responden a las conclusiones de los reportajes. Además, el programa apoya el ecosistema de medios independientes de México e incentiva a las organizaciones de medios independientes a desarrollar modelos de negocio sostenibles que analicen sus audiencias, aumenten el alcance de las publicaciones y encuentren fuentes de ingresos alternativas. Este proyecto pretende desarrollar una red de periodistas, editores, medios de comunicación independientes y actores de la sociedad civil dispuestos a luchar colectivamente contra la corrupción y mejorar la transparencia y la rendición de cuentas en México.
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En los últimos 20 años, los programas de transferencia de efectivo han surgido como una de las principales herramientas de política antipobreza en el Sur Global.1 Las transferencias consisten en pagos directos de dinero a las familias pobres. Los programas de lucha contra la pobreza se clasifican como focalizados, o con comprobación de recursos, porque las familias deben estar por debajo de un determinado umbral de pobreza para poder acogerse al programa.
Un debate político clave en torno a estos programas es si los programas de transferencias monetarias focalizadas deben incluir condicionalidades, es decir, condiciones que las familias beneficiarias deben cumplir para seguir recibiendo las transferencias deseadas.2 Muchos programas de transferencias monetarias implementados en América Latina en las últimas dos décadas han incorporado dichas condiciones. Tal es el caso de México. De hecho, desde finales de la década de 1990, México fue elogiado como pionero de la política social y líder mundial en el diseño e implementación de un programa de transferencias monetarias condicionadas (TMC) a escala nacional. El programa mexicano de TMC se denominó inicialmente Progresa, pero con el tiempo cambió su nombre a Oportunidades y finalmente se convirtió en Prospera. En la medida de lo posible, se exigía que una mujer adulta fuera la jefa de familia del programa, y esta persona era la responsable del cumplimiento de las condiciones del programa. Las condiciones exactas del programa mexicano de TMC cambiaron con el tiempo, pero en general incluían las inversiones en capital humano de asistir a la escuela, someterse a revisiones periódicas de salud y asistir a talleres de nutrición. Muchos países, dentro y fuera de América Latina, siguieron el ejemplo de México y adoptaron un programa de TCE similar, incluyendo tanto el uso de transferencias de efectivo como el uso de condicionalidades.3
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Benjamin Russell, que escribe para Americas Quarterly, comenta los cambios que el recién elegido presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha introducido en el programa de transferencias monetarias condicionadas (TMC) llamado Prospera. El presidente López Obrador ha decidido redirigir el presupuesto de Prospera a un nuevo programa de becas llamado Becas Benito Juárez como medio para proporcionar acceso a la educación básica y becas para estudios de secundaria y universitarios a las familias vulnerables.
El análisis del gobierno de que las TMC no han logrado reducir la pobreza es incompleto: López Obrador ha señalado que los altos índices de pobreza son una prueba del fracaso del programa de TMC. Sin embargo, los estudios demuestran que Prospera ha ayudado a reducir tanto la pobreza extrema como la gravedad de las necesidades de las familias. Los defensores de las TMC afirman que los incentivos para la atención médica y la nutrición ayudan a romper el ciclo intergeneracional de la pobreza y las cifras muestran que los beneficiarios de Prospera tenían un 37% más de probabilidades de encontrar un empleo que sus homólogos que no estaban expuestos a un programa de TMC.
Sorprenden a estudiantes y padres de familia de la Secundaria Benito Juárez con un viaje gratuito a
Con 140 planteles en todo el país, las tan promocionadas Universidades Benito Juárez García Bienestar (UBBJ) del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no han tenido la respuesta del público que el mandatario hubiera querido.
De hecho, la matrícula es tan baja que algunas de las universidades Bienestar apenas tienen a alguien inscrito en las clases, como la de Yahualica, Hidalgo, con 13 alumnos, o la que funciona en Las Margaritas, Chiapas, que tiene 20 estudiantes.
De acuerdo con un informe del gobierno federal, en 2019 había 39 mil 170 alumnos inscritos en las clases de la universidad Bienestar, pero para el primer trimestre de 2021, la cifra comparable se redujo a 28 mil 887, lo que representa una caída en la matrícula de 28.3 por ciento.
De acuerdo con un estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), para el primer año de operación de estas escuelas se pretendía atender a un total de 64 mil alumnos, y la meta sexenal era dar clases a 256 mil estudiantes.